De alternativas, heterodoxias, y otras disidencias.

viernes, 11 de diciembre de 2009

AGORAfilia y AGORAfobia (6): Sinesio, el fiel discípulo de la venerable Hipatia

Si hay un detalle en la película de Amenábar que me incomode especialmente es la manipulación de la figura de Sinesio en las escenas finales. En primer lugar, no podría en modo alguno haber estado presente en los momentos finales de Hipatia…pues había muerto dos o tres años antes, en 413. Precisamente en este año, al borde de la muerte, le escribe tres cartas (10, 16 y 81) en las que le pide consuelo para su desesperada situación. Lejos de traicionar a su maestra, o cuando menos justificar su condena, tal como sugiere el guión, Sinesio le es fiel hasta la muerte, como ya le había prometido años antes, en 396, en una carta apasionada que comenzaba con unos versos de la Iliada: “aun cuando uno se olvide de los muertos en la mansión de Hades, yo, incluso allí, me acordaré”…a los que añade: “de la querida Hipatia” (carta 124). Ya hemos citado anteriormente los respetuosos tratamientos con los que se dirigía a su maestra. Añadiremos hoy uno especialmente significativo, que aparece en una de esas últimas cartas, la 81: “y lo cierto es que, aparte de la virtud, eres tú a quien considero un bien inviolable (agathòn ásylon).” Por cierto, que en esa misma carta nos refiere lo que podrían ser tal vez las únicas palabras textuales que conservamos de Hipatia, a saber, la forma cariñosa en que acostumbraba ella a dirigirse a él: “tú me llamabas «el bien de los demás (allóttrion agathòn)»”. Amigos así no se traicionan, sobre todo si el motivo había de ser una cuestión de ortodoxia, a la cual eran ajenos tanto Hipatia como Sinesio. Tendremos ocasión de comprobar lo alejado que estaba Sinesio de los rigores dogmáticos de la ortodoxia.

Otro detalle que no encaja con respecto a Hipatia es que no pasan los años por ella, cuando en la película se abarca un periodo de casi 25 años: del 391, fecha de destrucción del Serapeo, hasta el 415, fecha del asesinato de Hipatia. Amenábar parece también aquí apostar por la leyenda de una Hipatia no sólo muy sabia, sino también muy bella hasta el momento mismo de su muerte, cuando es probable que al morir contase con más de 50 o incluso más de 60 años. Así lo da a entender en su Cronografía Juan Malalas (†578), cuando, después de describir su muerte, dice taxativamente: “era una mujer vieja (palaià gynê)”. Y así parece sugerirlo el hecho de que en la enciclopedia bizantina Suda (s. X) se refiera que Hipatia alcanzó su madurez o florecimiento (acmé), que se calculaba en torno a los 40 años, bajo el reinado de Arcadio, es decir, entre 395 y 408; si así fue, al morir en 415 tendría entre 47 y 60 años, es decir que es muy probable que superara los 50. Y es lógico que así fuese, sobre todo por el respeto del que gozaba entre los políticos de su tiempo, que se dejaban aconsejar por ella. Además, lo contrario es bastante improbable, pues si fijamos su nacimiento, como quieren algunos, en torno a 370, tendríamos a una Hipatia dando clases en 393 a un Sinesio de su misma edad: ¡23 años! Insisto, no concuerda con el trato respetuoso que siempre le da Sinesio en sus cartas, en especial en una de las últimas, donde la llama “madre, hermana, maestra” (carta 16) No parece muy probable que se le ocurriese llamar “madre” a una mujer de su misma edad…

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Filósofo, poeta, y antropólogo un tanto misántropo